A ti...

Tu ausencia mata, asesina lentamente,
mientras vuelves a mi mente tan dulcemente
entre recuerdos de nuestro ayer
donde tus caricias aun existen,
como si hoy, me las hubieses dado.
Pensarte en nuestros momentos,
deseando me permitas,
curarte mis heridas,
puesto aun te siento tan dentro,
pues aun te sigo amando,
como la noche a la luna,
como aquella primera vez,
que nos perdimos en un beso.